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sábado, 7 de abril de 2012

LA NOCHE ESPECIAL


Hoy es un día de silencio para meditar, rezar, contemplar y esperar.
Durante este día la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, su descenso a los infiernos y esperando su resurrección hasta que comienza la Vigilia Pascual. Como Iglesia nos preparamos para que Dios «pase».  

La Iglesia congrega a sus hijos para permanecer en vela en honor del Señor durante la noche del sábado al domingo.

La Vigilia Pascual, que es la celebración más importante de todo el año, se desarrolla en cuatro partes: Liturgia de la Luz, Liturgia de la Palabra, Liturgia Bautismal y Liturgia Eucarística.


1.- LITURGIA DE LA LUZ 

EL FUEGO 
El sacerdote bendice el fuego que se presenta como LUZ, CALOR, FUERZA y VIDA y es símbolo de un AMOR INTENSO.

CIRIO PASCUAL
Con la llama de ese fuego enciende el CIRIO PASCUAL que representa a Cristo resucitado vencedor de las tinieblas y la muerte. 
Marca sobre él una cruz, en su extremo superior la letra griega «alfa» y en el inferior la letra «omega», (principio y fin), en los cuatro extremos se graban los números que indican el año en curso y también hay costumbre de colocar cinco granos de incienso en la cruz en honor de las cinco llagas de Jesús. 
El CIRIO PASCUAL encendido con la llama del fuego nuevo entra procesionalmente en el templo que está a oscuras. 
Una vez colocado el Cirio en el candelabro correspondiente un ministro canta el ANUNCIO PASCUAL



2.- LITURGIA DE LA PALABRA       
                
LA PALABRA  
Estamos  invitados a recuperar el oído del corazón para que la Palabra de Dios resuene de una manera nueva y para eso hace falta estar preparados.
Nos alimentamos con el Pan de la Palabra que nos hace descubrir en esta noche cómo la historia se renueva, la fe se reasume y el Bautismo aparece como la gran marca de la identidad cristiana.



3.- LITURGIA BAUTISMAL

EL AGUA 

El agua se convierte en el gran signo de la vida nueva, la vida de Cristo resucitado.

RITO BAUTISMAL
  • Orar comunitariamente, con las Letanías de los Santos.                    
  • Bendecir el agua bautismal.
  • Renovar las promesas bautismales. 

Hacemos nuestro testimonio de fidelidad recordando que el Bautismo no es un acto pasajero; se trata de una «marca» que señala nuestro propósito e ideal de vida para toda la existencia: por eso renovamos nuestra renuncia al pecado y hacemos una afirmación de nuestra fe cristiana.


4.- LITURGIA EUCARÍSTICA

Nos alimentamos con el Pan de la Eucaristía que cierra plenamente todo lo vivido y celebrado desde la noche del Jueves Santo.  
En la comunión, Dios con toda su fuerza, ingresa en la interioridad del creyente y es esta la manera culminante de que el creyente resucite con Cristo. 


Hagamos vida lo que cantamos en la Vigilia Pascual:

Llevo mi luz por la ciudad ¡yo la haré brillar!

La vida cristiana es MISION: Estamos llamados a vivir en un clima de MISION. 
Por eso llenos de la luz  y la alegría de Cristo resucitado nos sentimos impulsados a llevarlo a los demás.  

¿Cómo haremos para llegar con el mensaje de Jesús a cada casa, a cada familia, a cada ambiente de nuestra comunidad?
¿Qué luz voy a llevar a mi familia, a mi casa, a mi lugar de trabajo, a mi barrio? 
¿La luz que construye la alegría, la mutua comprensión, el encuentro?
¿La luz que en este año enciende el corazón para celebrar cada día la Fiesta de Jesús Resucitado?

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