El llamado de Dios enfrenta al hombre ante
una situación difícil; sin embargo esa dificultad no se manifiesta de una sola
vez sino que la voz de Dios va envolviendo lentamente la vida del hombre
empujándolo hacia el compromiso con la palabra. Efectivamente el llamado de
Dios te involucra, es una voz que se dirige en forma personal hacia vos, es una
palabra que no puedes eludir y que puede resultar molesta pues como aguja se
introduce en todos los resquicios de nuestra vida. Por lo general ese llamado
nos demanda mayor compromiso e incluso hasta una ruptura con nuestro modo de
ser anterior. El llamado te presenta algunos interrogantes para comprometerte
en forma más profunda con el Señor y su Reino. En ocasiones, el llamado nos
puede llegar a ponernos ante una ruptura con el modelo de vida que llevamos.
Pero ¿qué le ocurre a la persona?¿cómo
reacciona ella? Ante el primer encuentro con esta voz interior, la persona
suele no darle mayor importancia. Se dice así mismo que son solo ocurrencias y
busca señales más claras de que eso puede ser la voluntad de Dios. Quizás se
trate de una “resistencia” al posible paso que nos invita el Señor…sin embargo
la cosa se irá complicando más aún pues aquello que en su momento parece una
simple ocurrencia, aumentará aún más su presencia hasta que nos animemos a dar
una respuesta definitiva al Señor.
Nada simple es esto, recuerdo jóvenes que se
acercaron inquietos a preguntarme:
-
Padre, ¿ y si esto es solo una ilusión?¿Y si me equivoco? ¿Qué
ocurre si dejo todo y luego descubro que no es lo mío?
Efectivamente el seguimiento de Cristo por el
grado de compromiso que requiere nos enfrenta ante ciertas inseguridades que
nos sumergen en el temor. Se trata de una opción de vida que involucra al resto
de nuestra existencia, ya sea nuestro pasado, presente y futuro.
Por un lado cuestiones temporales, dudas de
como es un seminario o la Casa de Formación. ¿Cómo es la vida de un sacerdote o
de una hermana o de aquellos que se preparan para esto? El hombre se lanza a
buscar seguridades tratando de acotar los riesgos, sin embargo el Señor solo
dice: VEN Y VERAS….
Seguiremos en próximas entregas.....
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