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lunes, 20 de febrero de 2012

CREO QUE DIOS ME LLAMA... (1ª Parte)


Sin lugar a dudas que el Encuentro personal y el llamado que Dios hace al hombre son de las experiencias más apasionantes y desconcertantes. Se trata de toda una aventura que invita al hombre a someter la experiencia a un discernimiento profundo. Si me permites, trataré de sintetizar en forma más o menos sistemática mi experiencia como Promotor Vocacional y formador.

Algunas personas creen que el llamado de Dios debe estar impregnado de signos fantásticos que de forma clara quiten cualquier tipo de duda e inseguridad personal. Sin embargo pocas cosas mas alejada de la realidad que esta idea. El llamado de Dios no tiene un estereotipo de manifestación, sino que por el contrario ÉL no se ata a una forma determinada para invitar a sus hijos a participar de si misión. Ciertamente en la Biblia encontramos muchos pasajes de relatos milagrosos en donde Dios se manifestaba de formas impresionantes: La columna de fuego, la nube, la zarza ardiente, en sueños, etc. No obstante esto, y por la misma omnipotencia de Dios sabemos que Él se comunica con el hombre también por otros medios; mucho de ellos más ordinarios de lo que nosotros mismos podemos imaginar. Esta última razón es la que hace que muchos jóvenes puedan desestimar y pasar por alto cuando Dios toca la puerta y nos llama. Somos muchos los consagrados que no hemos entrado en contacto con Dios por una experiencia sencilla y cotidiana. Hay quienes han sentido ese llamado desde pequeños, otros que el compromiso con la Iglesia lo empuja a dar una respuesta más plena y generosa.

Para experimentar el llamado de Dios, deberás antes que nada despojarte de algunas “falsas ilusiones”:

Ilusión de cosas grandiosas: El Señor puede manifestarse en las cosas más pequeñas, tal como lo demostró con el niño nacido en Belén.

Ilusión de seguridad: El llamado es algo claro que nos da seguridad. Los discípulos son sorprendidos  por la respuesta de  Jesús ante la pregunta de donde vive el Maestro. El solo les responde: “Ven y verás”.

Ilusión de bienestar: El discípulo no es más que el Maestro. El Señor nos marcó el camino de la cruz y de la entrega. Quien hace otros recorridos va por un camino equivocado y que aleja del Señor.

Por eso te digo que Dios puede llamarte de la manera mas desconcertante. No esperes una sensación de claridad para prestar atención a esa voz interior. Dar una respuesta generosa tiene mucho de martirio y de renuncia. Todos estos son signos del posible llamado de Dios. En próximas entradas seguiremos profundizando sobre el Misterio del llamado de Dios.


Esta es la primera de varias entradas donde daremos algunos tips sobre la vocación y que hacer ante ella. Continuará...........

7 comentarios:

  1. JUan, què bueno que te hayas decidido a hacer esto. Te acompaño con la Oraciòn. Sin dudas serà de mucha ayuda para los que quieran acercarse y de apoyo a los que ya estamos. Abrazo en Cristo y San Vicente

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  2. Gracias Fabiana, bendiciones por vos y gracias por tus oraciones.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Me encantó este artículo!! Cariños!!
    Hna. M. Soledad

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